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Foto del escritorOhana Psycho

Mecanismos que provocan y retroalimentan la ansiedad: el anclaje emocional

Actualizado: 3 jun 2021

Nuestro cerebro tiene una característica muy importante. Cuando alguna tiene especial importancia, es decir, cuando se produce una respuesta emocional, sea buena o mala, el cerebro tiende a repetir esa misma respuesta ante el mismo estímulo. Nosotros a este fenómeno le llamamos «anclaje». Un anclaje es una respuesta automática asociada a un estímulo neutro, que se dispara ante la sola presencia del estímulo.





Por ejemplo, las canciones o los olores son anclajes muy poderosos: olemos un perfume u oímos una canción y despiertan en nosotros recuerdos y emociones olvidadas desde hace muchos años, aquella primera novia, nuestro primer día de colegio, qué recuerdos…




La ansiedad y los anclajes negativos


La ansiedad funciona a través de anclajes negativos. Nos quedamos «enganchados» en respuestas automáticas asociadas estímulo supuesto o realmente ansiógeno. Pero es que el cerebro tiene otra característica todavía más importante, para bien y para mal. Si no nos quitamos algo de la cabeza, el cerebro comienza a generalizar el estímulo a estímulos parecidos, en el significado, en la forma, en el simbolismo, en lo que sea. Cada vez hay más estímulos que provocan la misma ansiedad a la vez que cada vez hay más cosas, situaciones, contextos, que provocan respuestas de ansiedad.


El mecanismo más claro de la ansiedad es salirse de la realidad e irse a lo imaginario.


La persona sale inconsciente y peligrosamente del ámbito de lo real, y se intenta escapar de una realidad que “percibe” como peligrosa. Y para escapar de esa realidad y controlarla, (intento inútil y que nos lleva al sufrimiento), se dirige con sus fantasías y pensamientos hacia una realidad imaginaria, guiado todo por emociones como el miedo, la culpa, la vergüenza. Lo que mueve a la persona a huir hacia ese mundo imaginario es aparte del deseo de escapar de la realidad, el deseo de controlar su realidad, su vida, su día a día, para que sea como ella quiere. Posee el ansia de manipular y controlar su realidad y eso no es posible, por eso fracasa y se enferma.





La falta de aceptación provoca ansiedad


Sea cuál sea su realidad, el mundo al que se dirige para escapar de ella, aún le hace sufrir más, ya que la falta de aceptación, de lo que hay, de lo que soy, de lo que es, de lo que son los demás, es la primera causa de sufrimiento.

No podemos controlar nada, y sobretodo, nunca podemos controlar lo exterior, el futuro, lo que nos sucederá, ni a los demás. Solo podemos modificar, y con esfuerzo, lo que depende de nosotros. Lo contrario será una lucha ardua y frustrante que nos llevará a estar ansiosos, agotados, y tristes, además de impotentes.


La huida de la realidad como mecanismo de defensa


La dirección que suelen tomar las fantasías de la persona ansiosa puede ser de tres tipos:

1. La persona intenta situarse en una época de futuro, en una fecha y situación posterior, a la que se encuentra en el momento actual. Su intención es evitar un potencial peligro que percibe en su vida actual.

Por ejemplo, está en casa sentada y a la vez está dentro de 10 años evitando que su hija, que entonces será adolescente, salga con gente equivocada, le pueda pasar algo, que conduzca y haya bebido… y  mientras está imaginando qué hará para controlar eso, si la acompañará a todos los lugares, etc.


Como se puede comprender, no se puede estar en el sofá feliz y jugando con su hija que ahora es pequeña y a la vez estar en el futuro protegiéndola de peligros. Hay que elegir. Si está en el futuro ocupada en sus posibles peligros y cómo evitarlos, estará ansiosa, y por supuesto, no disfrutará del presente, en el que AHORA no hay peligro, en el que ahora su hija juega feliz.


¿Qué puede estar sucediendo para que una persona actúe así?


Como decíamos en el esquema de la ansiedad, puede que un estímulo de fuera la haya conectado con el mecanismo ansioso, alguna madre haya perdido a una hija, las noticias de algún accidente, o haya revivido por alguna razón algo pendiente del pasado, algún tema no resuelto que la hizo sentir vulnerable, algún accidente, duelo. Este estímulo le conecta con el miedo, y activa el mecanismo.

2. La persona, con la mente, se sale de su realidad, y se compara inconscientemente con el modelo de lo que cree que debería ser, lo que debería sentir, tener, etc. Ese modelo se basa en las creencias que se generan en la infancia por la influencia de los padres, entorno, educadores, y que influyen en su percepción de la realidad.

Entonces, la persona intenta otro imposible, como es controlar la realidad: intenta ser quien no es. Y el organismo creará ansiedad y le recordará que no puede ser otro que quien es.

3. Otro tipo de huida de la realidad, muy duro y triste es cuando la persona inconscientemente se va hacia el pasado, recordando, e intenta revivir una situación para actuar diferente.

Por ejemplo, una madre que haya perdido a su hijo pequeño en un triste y fatal accidente, y que ahora con los recuerdos, intente evitar esa situación y modificarla, haciendo algo distinto que impida ese terrible final. Lamentablemente, es otro imposible y la ansiedad le paraliza, le causa ahogo, crisis de llanto, desesperación, al no poder controlar lo que ocurrió, ni cambiarlo.


Soltar el control


Como conclusión diríamos que, todo intento de controlar la realidad y conseguir algo imposible, como ir a controlar el futuro o el pasado, es estéril y genera ansiedad y sufrimiento. Si es ansiedad temporal o momentánea, es una señal del cuerpo. Si la persona no se da cuenta de su intento de conseguir un imposible, desencadenará en un proceso de ansiedad y angustia crónica y frustración existencial.


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